marzo 13, 2013

Hocus Pocus

Wembley Stadium, 2008. En el concierto más importante de su trayectoria, Foo Fighters interpretó un solo para recordar. Entre guitarras y batería, Stacked Actors se transformó en una oportunidad única para que Taylor Hawkins demostrara su habilidad con las baquetas. Son 14 minutos deliciosos pero la cúspide, mi gran sorpresa, llegó cuando la guitarra de Dave Grohl comenzó a seguir un compás repetitivo que anunciaba un ritmo explosivo. Con Taylor Hawkins siguiéndole a la batería, homenajearon a Focus adaptando a su estilo la canción Hocus Pocus

Uno piensa en Hocus Pocus y esboza una sonrisa. La simpática Hocus Pocus. Es imposible olvidar la melodía, una cadencia alegre y un tempo que les quema en los dedos. Tanto es que ralla la obsesión, es decir, consigue el objetivo que toda banda trata de alcanzar con su pieza maestra, su composición más popular. Además, la puesta en escena que aplicaban a sus apariciones en directo convence al más escéptico.  Sus argumentos aúnan una mezcla de rasgos: al vestuario de la época - años 70- se le suma el look de los componentes, Thijs Van Leer a la voz, flauta y órgano. Los aspavientos que gesticula durante el inicio sen antojan exagerados pero adquieren todo su significado cuando comienza a cantar. Un método muy particular. Canto tirolés.

La gran mayoría de las canciones compuestas por Jan Ackermann y Thijs Van Leer son instrumentales. Precisamente por este motivo es llamativo que las pocas canciones que incluyen voz adopten estas técnicas tan excéntricas. El esfuerzo del vocal es extraordinario y el nivel técnico no admite dudas. No quita, eso sí, que la expresividad de Ackermann traslade a una concepción del grupo un tanto onírica, al margen de las reglas pactadas.




Y es que Focus supo - siguen juntos pero cuento su período de actividad hasta la marcha de Jan Ackermann- montárselo bien. De origen holándes, se desarrollaron como una banda de rock progresivo. Rock progresivo y formación musical clásica, una conjunción que solo podía derivar en una innovación tan extraña como la que supuso el conjunto liderado por Thijs Van Leer y Jan Ackerman.

Como muestra de su estilo, la canción Eruption: 23 minutos de altibajos y experimentación, adaptación de una ópera que narra una tragedia griega. Ubicada en su álbum más famoso, "Moving Waves", comparte espacio con "Hocus Pocus" y "Focus II", creaciones que les lanzaron al éxito mundial y los clasificaron como un conjunto inimitable.

La de Focus es, también, una historia de redención. Tras la publicación de Sylvia llegó su mayor momento de gloria. Los críticos ensalzaron su trabajo, especialmente el de Ackermann, y el público contribuyó a elevar su prestigio. Fue tras la publicación del disco Mother Focus cuando este clima se diluyó. Ackermann calificó el reciente álbum como un giro hacia el mercado comercial, hacia los gusto del público estadounidense. Un estilo más funky, menos heavy de todos modos, que propició el abandono de la pieza clave del rompecabezas.

Tras aquel distanciamiento, las apariciones del grupo sufrieron un paréntesis de más de un año. Habiéndose rearmado con nuevos componentes, la banda volvió a los escenarios pero ya sin la magia y el sonido propio que los identificaba. Como tantos conjuntos, se convirtieron en un intento de imitar lo que en otros tiempos habían sido: rock progresivo, canto tirolés y mucha disciplina instrumental.



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