abril 16, 2013

Frescura Zodiacs


3,2,1... ¿ Qué fue antes: el huevo o la gallina? Un refresco de naranja descubrió el huevo y, desde entonces, ese huevo aumentó de tamaño ligado a un nutriente abrasador: vitalidad desbocada y optimismo asfixiante, una imagen potente. El quinto trabajo del grupo vasco Zodiacs tiene por título una cuenta atrás, la única referencia de un viaje que se pierde placenteramente en el caos. 



La apertura - "Un millón de pájaros"- pasea un ritmo vacilón, una guitarra agresiva que desprecia sin ánimo de ofensa al público. Su público es un público alucinado, hipnotizado por la explosividad de sus -este año pocos- conciertos. Después de un par de giros de tuerca, rascan el núcleo de su personalidad, una composición en la que predicen el fin del mundo a base de alaridos, rebosando vitalidad y clamando contra la pereza bajo el título de "Instinto animal".

No obstante, la esencia de los de Getxo necesita pocos símbolos: carretera y coche. Después se unen una rutina aburrida, autostop y un destino borracho para formar "Carretera del norte", el single del disco y la vértebra que sintetiza la cuenta atrás.


Justo antes de errar la dirección, recuperan la compostura y se concilian con el estilo que ofrecían desde sus inicios, año 2001. Viran hacia la psicodelia y homenajean a Roky Erickson, uno de los músicos menos cuerdos del siglo XX. Líder de The 13th Floor Elevators, su carrera desfalleció cuando se excusó en la locura para evitar la prisión. Fue sometido a tratamientos psicológicos pero tras la salida del hospital la paranoia se trasladó a su obra musical. Una locura que complementa la actitud desenfadada de los bilbaínos.

Tras varias canciones cargadas de energía- imposible olvidar el principio de "Llegan las chicas"-, concluyen la aventura rebelde con "Vuelven los buenos tiempos", donde aprovechan el optimismo como hilo conductor. Como bonus track, "Con poco me lo monto" bien podría ser un retrato del joven universitario. El protagonista no vive, sobrevive. Comparte ropa con hasta tres personas y, en uno de tantos golpes de suerte, consigue un viaje a Japón con una churri japo.

Y es que el prestigio de Zodiacs burbujea con el gas de una actitud despreocupada, ritmos que reparten energía y recogen la tradición del rock and roll español más puro, Nacha Pop o Los Ronaldos entre otros. De los bárbaros recuerdan la potencia y electricidad de The Who o The Strokes. Muestran sin complejos una facilidad insultante para construir historias que mezclan con una vitalidad obsesiva. Su camino, que ya comprende 6 álbums, avanza paralelo a la lírica, sin perseguir un afán de excelencia. No lo saben pero han creado el disco que, cuando la juventud les quede lejos, juzgarán con inquina, con la aversión de quien sabe que ha perdido el tiempo de la forma más útil.



No hay comentarios:

Publicar un comentario